Pasan los años y las personas con movilidad reducida continúan sufriendo una odisea para ir al médico, al teatro o a echar una carta en Correos. «Todo sigue igual», lamenta Igor Navarro, el portavoz de la asociación de discapacitados físicos de Álava, Eginaren Eginez.
Este colectivo denunció, en 2006, que más de veinte edificios públicos de Vitoria inclumplían la Ley de Promoción de Accesibilidad, en vigor desde hacía una década. «La situación sigue siendo la misma a día de hoy», se queja. Por ello, la asociación exigirá como medida de presión que se prohíban «los actos públicos en edificios no accesibles».
Eginaren Eginez realizará esta petición en el consejo municipal de accesibilidad que el Ayuntamiento celebrará este mes. Las personas con discapacidad física tienen puestas sus esperanzas en este foro. «Por fin, se hablará del plan de accesibilidad», resalta Navarro.
Esto supone que se realizará un listado de edificios públicos que incumplen la ley, como paso previo a su mejora. «El primer programa debería haberse realizado en 2000 y hemos tenido que esperar hasta ahora», añade. El deseo de Eginaren Eginez es que «este mismo año se empiece a ejecutar el programa de accesibilidad y que en esta legislatura todos los edificios públicos se hayan reformado».
Para que esto sea posible, hay un duro trabajo por delante. Igor Navarro es capaz de dar un repaso de memoria a las dos decenas de edificios oficiales que, de una u otra forma, le hacen participar en una carrera de obstáculos y multiplican el tiempo necesario para llevar a cabo el trámite más simple. Ninguna administración se libra.
Por la puerta lateral
El Ayuntamiento, por tener el mayor número de inmuebles en la ciudad, ostenta el decepcionante récord de tener el mayor número de estas 'trampas', empezando por la Casa Consistorial. «Hay que entrar por un puerta lateral, subir en un montacargas, los baños no son accesibles... A ver qué pasa cuando un concejal tenga reducida su movilidad», dice el portavoz de Eginaren Eginez. Tampoco es fácil entrar en Villasuso, «con una rampa de quita y pon». Al listado se suman «centros cívicos con puertas muy pesadas y escalones».
Por su parte, la Diputación es la responsable del local donde se encuentran, precisamente, las oficinas del área de Discapacidad, en General Álava. «Como la plataforma no funciona, tenemos que entrar por el garaje», señala.
El Gobierno vasco debe esmerarse en «los centros de salud. Salvo el de Txagorritxu, ninguno tiene puertas mecánicas, que es el primer impedimento con el que nos encontramos». En las oficinas de Vivienda, en la calle Samaniego, hay una plataforma. Sin embargo, «no permite el uso autónomo. Hay que esperar a que un guarda te vea y salga para accionarla».
Organismos estatales, como Correos, también tienen deberes pendientes. Los escalones de la puerta principal obligan a estas personas a ir por la puerta de atrás. «Así no creemos estar en condiciones de igualdad con el resto de los vecinos».
Una vez que los inmuebles estén en condiciones, Navarro pide que se respeten, «que no se usen los servicios para personas con discapacidad como almacen, algo que ocurre en el edificio Ertza, en San Prudencio».
AÑOS DE RETRASO
En 2006: Eginaren Eginez denunció la existencia en Vitoria de una veintena de edificios públicos de todas las administraciones con barreras urbanísticas, una década después de la entrada en vigor de la Ley de Accesibilidad.
Ahora: la situación es la misma. Eginaren Eginez espera que el consejo municipal de accesibilidad de este mes defina la lista de edificios a reformar y que todos sean accesibles esta legislatura.
Fuente
LUIS LÓPEZ El Correo digital
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