miércoles, 11 de febrero de 2009
Y después hablan de integración
El Servicio Vasco de Salud deniega el puesto a una enfermera discapacitada que aprobó las oposiciones al considerarla «no apta» para ejercer el trabajo
«Me río yo de la integración laboral de los discapacitados». Itziar Gómez tiene 32 años, es enfermera y se presentó como tantos otros compañeros a la Oferta Pública de Empleo convocada por Osakidetza hace un par de años con la «esperanza» de sacar una plaza para dejar su trabajo como operadora del servicio de telealarma y dedicarse a lo que realmente le gusta. Lo hizo dentro del cupo de discapacitados. La joven sufre una minusvalía del 77,5% como consecuencia de un tumor de médula que le detectaron cuando cursaba segundo de carrera.
La enfermedad la ha dejado en silla de ruedas, pero no le ha quitado la «ilusión» de trabajar en la profesión para la que lleva «tiempo» preparándose. «De eso ya se ha encargado Osakidetza», lamenta. La joven ha demandado al Servicio Vasco de Salud por «discriminación» al denegarle la plaza por considerar que «no es apta» para el puesto de enfermera pese a haber aprobado las oposiciones. «No estoy pidiendo ningún trato de favor. Cumplo todos los requisitos y me están negando la posibilidad de trabajar. Mucho hablar de integración laboral, pero a la hora de la verdad los discapacitados seguimos estando discriminados», protesta.
Itziar Gómez acudió a la Oferta Pública de Empleo convocada en el puente de diciembre de 2006 para poder ganarse la vida trabajando en lo suyo. Después de «horas y horas» de estudio, la joven superó todas las pruebas y consiguió la plaza. Del medio centenar de puestos que el Servicio Vasco de Salud reserva para las personas discapacitadas en la rama de Enfermería, la joven bilbaína quedó la número 44 de los ochenta aspirantes que se presentaban al puesto.
Había entrado en la mayor empresa pública del País Vasco. «No me lo podía creer», recuerda. Itziar ya había empezado a tramitar todo el papeleo necesario para la toma de posesión de la plaza -informes, certificados, pruebas médicas...- cuando recibió una carta de la dirección de Osakidetza en la que le denegaban el puesto al entender que «no era apta», a pesar de que el médico de Salud Laboral del hospital de Santa Marina -dependiente del Departamento vasco de Sanidad- certificase su capacidad para trabajar como enfermera.
«Es muy frustrante»
El informe redactado por el facultativo y enviado por la joven a los servicios centrales de Osakidetza junto con el resto de documentos exigidos por el Servicio Vasco de Salud para otorgar la plaza califica a Itziar Gómez Villa como «apta con limitaciones», una terminología habitual al tratarse de una persona discapacitada. Días después, la joven recibió una notificación de la Comisión de Valoración de Aptitudes de Osakidetza en la que se le informaba de que no puede tomar posesión de la plaza. «Me declaran no apta sin más explicaciones. Les envié una carta mostrando mi desacuerdo y exigiendo una aclaración, pero me contestaron vía telefónica que no tenían por qué justificar su decisión», comenta «indignada».
Su nombre apareció en las listas definitivas. «Incluso me adjudicaron destino. Me tocó el hospital de Basurto. Es más, llegué a reunirme con los responsables del centro para ver en qué unidad podía trabajar», explica. Cuando Itziar, diplomada en Enfermería por la Universidad del País Vasco, pidió cita para tomar posesión de la plaza que «había ganado limpiamente mediante oposición», el administrativo le comunicó que no podía hacerlo al figurar como no apta en el documento emitido por la Comisión de Valoración de Aptitudes de Osakidetza. «Es muy frustrante», resume la joven bilbaína.
«Tenía que haber empezado en Basurto el pasado 12 de diciembre. Soy consciente de que una enfermera en silla de ruedas no es muy común, pero puedo hacer mi trabajo perfectamente. En Atención al Paciente, en consultas externas... ¡Que vivo sola!», protesta airada. Itziar está dispuesta a agotar todas las posibilidades para «recuperar» su plaza como enfermera del hospital de Basurto. «Está en juego mi futuro laboral», asiente. Los servicios jurídicos del sindicato de Enfermería (Satse) han asumido su defensa al entender que Osakidetza «ha discriminado a la joven por su discapacidad».
«Mi familia y mis amigos están indignados con lo que me está pasando. No lo entiendo. Es injusto y no pienso quedarme parada», anuncia.
Fuente : http://www.elcorreodigital.com/alava/20090208/pvasco-espana/despues-hablan-integracion-20090208.html
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